Ni acuerdo ni reforma constitucional: Armengol desoye el criterio del Congreso con las lenguas oficiales
Pretende liquidar por la vía rápida lo que hasta ahora era un criterio aceptado en la praxis de la Cámara
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Ni acuerdo de todos los grupos ni reforma constitucional. La nueva presidenta socialista del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, está dispuesta a dinamitar el criterio seguido en la Cámara durante décadas a la hora de abordar el uso de las lenguas cooficiales en el hemiciclo. Todo con tal de contentar a la minoría independentista para que permita una investidura del jefe del Ejecutivo en funciones, Pedro Sánchez, en caso de que resulte fallida la del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, prevista para los días 26 y 27 de septiembre.
Armengol quiere que en este pleno, que tendrá lugar en menos de un mes, se usen ya las lenguas oficiales desde la tribuna de oradores con un sistema de intérpretes. El PSOE, Sumar, ERC, Bildu, PNV y el BNG han registrado ya de manera conjunta una proposición de reforma del Reglamento para que las lenguas oficiales se puedan usar «en todos los ámbitos del Congreso». Lo han hecho así para su tramitación directa y por lectura única -sin pasar por la Comisión de Reglamento, que todavía no se ha constituido- con el fin de que la reforma pueda estar aprobada antes de la investidura del candidato propuesto por el Rey como ganador de las generales del 23J.
De esta manera, Armengol, de la mano de sus socios comunistas, nacionalistas, separatistas y proetarras, pretende liquidar por la vía rápida lo que hasta ahora era un criterio aceptado en la praxis del Congreso de los Diputados, esto es, que la implantación de un uso de las lenguas cooficiales sólo podía realizarse mediante un acuerdo de todos los grupos -requiriendo, por tanto, unanimidad- en el seno de una ponencia para la reforma del Reglamento, o directamente mediante una reforma del artículo 3.1 de la Constitución, que establece que el castellano es la lengua oficial del Estado.
Así lo expresó en 2005 el entonces presidente del Congreso, el también socialista Manuel Marín, cuando trató de dar respuesta a la intención del jefe del Gobierno en ese momento, José Luis Rodríguez Zapatero, de emplear en la Cámara «las lenguas cooficiales para entenderse, no para dividir ni confrontar». Con todo, Zapatero mantuvo que ese «cambio de situación» debía contar con el «máximo consenso posible». Sin embargo, aquella legislatura acabó sin acuerdo.
Por su parte, los sucesores de Marín, que fueron el socialista José Bono y el popular Jesús Posadas, también remitieron a los nacionalistas a la búsqueda de un entendimiento a través de una ponencia de reforma del Reglamento. Con Posada, esa ponencia arrancó en 2014 y se fijó un calendario de trabajo para que los grupos parlamentarios pusieran sobre la mesa sus propuestas a fin de acometer una modificación a fondo de las normas parlamentarias. Tampoco aquí fructificó entendimiento alguno sobre las lenguas cooficiales y la ponencia acabó muriendo en 2015. Posteriormente, ni el breve Patxi López, ni Ana Pastor (PP) ni Meritxell Batet (PSC), que anunció el miércoles que dejaba el escaño y la primera línea política, abrieron este melón.
Imponer las lenguas cooficiales
Por su parte, Feijóo criticó este jueves que el PSOE y sus socios quieran «imponer» por lectura única y sin posibilidad de debate el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso. El líder del PP y candidato a la investidura consideró que esto no supone avanzar hacia la igualdad y la unidad, por lo que se preguntó si esa misma «libertad lingüística» se trasladará a los colegios de Cataluña. «¿Se va a poder utilizar allí el castellano y el catalán indistintamente?», planteó el candidato a la investidura en una entrevista en Espejo Público de Antena 3.